
Debe quedar claro que dentro de los millones de personas que publican blogs -y en aquel pequeño grupo que lo hace de manera profesional y/o ha construido una gran audiencia- existen algunos que actúan como periodistas (con todo lo que ello implica: rigurosidad, contrastación de fuentes, análisis y demás capacidades) y los que no. Algunos bloggers también se ven a si mismos como periodistas, otros no.
En algunos casos, los blogs se convierten en una fuente alterna de información cuando esta no es cubierta por los medios ni brindada por la fuente oficial. Los periodistas podemos aprender mucho de los bloggers. Para Steve Outing, editor senior del Instituto Poynter para Estudios sobre los Medios, ambos sujetos no terminarán teniendo una relación de gemelos pero si, quizá, de cordiales primos.
Me pregunto por qué los medios de comunicación masivos no han podido canalizar esta necesidad de expresarse de la gente común. ¿Podría este tipo de información especializada, subjetiva, fragmentada, terminar desplazando a las que propalan los medios?
Para Juan Varela, del blog ‘Periodistas 21’, estos espacios comunicativos rompen el monolitismo y las barreras de entrada de los medios de comunicación y las instituciones sociales.
Algunos medios importantes como ‘El Mundo’ de España, The New York Times o The Washington Post han incorporado blogs en sus ediciones en línea, “quizás para crear la ilusión de que en este formato no existen imposiciones editoriales, quizás para convencernos de que cada noticia es susceptible de acotaciones por parte de los inquietos lectores” *.
En ambos medios para los que trabajo se ha analizado la idea de incorporar blogs en las ediciones en línea, una posibilidad, que en lo personal me atrae.
Aunque la blogósfera en nuestro país y en otros de habla hispana, aún no está del todo desarrollada y tampoco tiene tanta influencia como en el mundo real tal como ocurre en Estados Unidos, es probable que pronto le sigamos los pasos.
Los medios de comunicación, en especial los impresos, debemos tender hacia una nueva forma de periodismo con la ayuda de los blogs: un periodismo participativo –o periodismo 3.0 como lo llama Varela-, el cual es más personal, más confiado en los criterios de interacción, más enfocado en la conversación que al texto y, sobre todo, menos autoritario y como -su nombre lo dice- más participativo.
*LAURA ALZUBIDE, Un mar de bitácoras, publicado en el suplemento Dominical, 15/05/2005.
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