En la imagen, el violador y asesino de un escolar durante la reconstrucción del crimen. Tomado de Peru21.com.
"Nuestra sociedad necesita más rigor, más orden, y los delincuentes necesitan sanciones mucho más severas. Ante el crimen atroz que es la violación seguida de asesinato de niños menores, yo creo que esa gente no tiene derecho a vivir. La sociedad tiene que defenderse de ellos reinstaurando la pena de muerte".Esta fue la respuesta que dio el presidente de la República Alan García al ser preguntado por el reportero Carlos Villarreal, de Radio Programas del Perú, sobre la controversia alrededor de su promesa electoral de castigar, con la muerte, a quienes agreden sexualmente a menores de edad y posteriormente los matan.
El jefe de Estado puso así, nuevamente en el tapete, la posibilidad de aplicar la pena capital para estos casos extremos. Un tema por demás polémico, pero en el que la mayoría de peruanos está de acuerdo: se debe eliminar a quien comete tan atroz crimen.
Debo ser sincero con quien lee este post: yo también estoy de acuerdo con que se aplique la pena de muerte a este tipo de personas. El sistema carcelario peruano no va rehabilitarlos –no lo hace con delincuentes comunes- y mantenerlos encerrados de por vida tampoco es la solución.
Pero sí soy conciente que este “ojo por ojo, diente por diente” no va devolver a los menores fallecidos, tampoco curará las heridas de los familiares. Menos va a detener los 'ímpetus' de estos delincuentes.
Y con un Poder Judicial por demás ineficiente, la posibilidad de condenar a un inocente es muy alta.
Otro tema a analizar: Muchos de los violadores de menores sufrieron, de pequeños, abuso sexual. Es decir, que las víctimas de ahora, podrían convertirse, más adelante en los abusadores sexuales de mañana. De aprobarse la propuesta de García Pérez, ¿debemos guardar, a futuro, una dosis de inyección letal también para las víctimas?
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